A veces, el sentido común es el mejor indicador para evaluar la realidad. ¿Sorprende que se relacione una buena dieta con la depresión? En realidad no, pero está bien demostrarlo científicamente y certificarlo de una manera fehaciente. Así que ahora ya se puede decir sin riesgo a equivocarse que la dieta mediterránea disminuye hasta en un 16 por ciento el riesgo de desarrollar algún tipo de depresión. Desde la Farmacia Soler Miret queremos indagar más en este importante asunto.
Un estudio liderado por el Instituto de Investigación del Hospital del Mar de Barcelona muestra como las personas que siguen una dieta saludable tienen menos riesgo de sufrir síntomas o recibir un diagnóstico de depresión.
Dicha investigación, publicada en el prestigioso ‘European Journal of Nutrition‘, se ha hecho a partir de datos del Registre Gironí del Cor (Regicor). En el informe también parcitiparon investigadores del Ciber de Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (Ciberobn). Además, han colaborado profesionales del centro Ciber de Enfermedades Cardiovasculares (Cibercv) y del Institut de Salut Global de Barcelona (ISGlobal). La intención era «evaluar el impacto de cuatro tipos de dietas saludables sobre el riesgo de sufrir síntomas depresivos o recibir un diagnóstico de depresión«, según afirman desde Regicor.
El trabajo, que ha tenido en cuenta a más de 3.000 personas, ha analizado la puntuación obtenida por los participantes en el seguimiento de cuatro tipos de dieta: una mediterránea, otra para prevenir la hipertensión, otra vegetariana y otra recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Un estudio sobre la depresión
Los datos del estudio demuestran sin margen de error que «cuanto mejor es la dieta, menos riesgo de desarrollar depresión se detecta». Dicho esto, la investigación también concluye que la dieta mediterránea es la que obtiene mejores registros. En este sentido, asegura que incrementar la adherencia a la dieta mediterránea reduce hasta en un 16 por ciento el riesgo de sufrir síntomas de depresión.
Los datos del estudio demuestran que una mejor adherencia a cualquiera de las dietas analizadas es un factor protector ante la depresión. «Cuanto mejor es la dieta, menos riesgo de desarrollar depresión se detecta», apunta Camille Lassale, investigadora del Instituto de Investigación del Hospital del Mar.
En este sentido, la dieta mediterránea es la que obtiene mejores registros. Así, incrementar la adherencia a la dieta mediterránea reduce en un 16% el riesgo de sufrir síntomas de depresión. Es el equivalente de pasar de no cumplir una de las recomendaciones de la dieta a incorporarla. Un factor totalmente independiente de otros como el estilo de vida, el peso corporal, la salud o el nivel sociodemográfico de los participantes.
Depresión, dieta y ejercicio
A la vez, se realizó un segundo análisis para corroborar los resultado. En esta ocasión, se utilizaron entrevistas con más de 5.000 personas, según los parámetros del Programa de analítica de datos para la investigación y la innovación en salud (PADRIS). Este programa forma parte de la Agència de Qualitat i Avaluació Sanitàries de Catalunya (AQuAS). Bajo sus resultados, se pudo asociar directamente dieta y diagnóstico de depresión, identificando un 5,45% de nuevos casos en un seguimiento de 12 años. En esta ocasión, el riesgo era un 19% más bajo si se tenía en cuenta la dieta saludable propuesta por la OMS.
«La depresión tiene muchos factores de riesgo, algunos no modificables, pero hay factores, como es el caso de la dieta u otros, que sí que se pueden modificar. Por eso, se puede plantear algún tipo de intervención. Modificar la dieta no acabará con la depresión, pero puede tener un papel importante como factor de intervención. Siempre, que quede claro, de forma conjunta con otros», apunta Gabriela Lugon, también investigadora del Hospital del Mar.
Implicación de las administraciones
Las autoras del trabajo piden a los profesionales de la salud mental que tengan en cuenta este factor para abordar un diagnóstico de depresión. «Los profesionales de la salud deberían tener en cuenta que la actividad física y la dieta no solo ayudan a la salud física, sino que también tienen un impacto en la salud mental», explica Camille Lassale.
Ante este hecho, el Dr. Víctor Pérez, jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital del Mar, apunta que «cada vez tenemos más información sobre la interacción entre la dieta y los trastornos mentales. Por este motivo, es de especial interés llevar a cabo estudios como estos».
En este sentido, apuntan a la necesidad de políticas públicas que faciliten el acceso a una alimentación saludable y equilibrada al conjunto de la población. Pero, a la vez, piden que no se atribuya el hecho de sufrir un trastorno mental al comportamiento del paciente para evitar estigmatizarlo.
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