
Hay veces que el sentido común es mucho más rápido y efectivo que todos los estudios científicos. Una investigación reciente publicada en la revista Science Advances analizó muestras de sangre de 3.686 estadounidenses mayores de 56 años y encontró que aquellos que viven en zonas con episodios frecuentes de calor extremo presentan un envejecimiento biológico acelerado a nivel celular.
Este fenómeno se atribuye a cambios en la metilación del ADN, un proceso que regula la expresión genética y puede verse afectado por factores ambientales como el calor. Desde la Farmacia Soler Miret queremos indagar cómo el calor extremo puede acelerar el envejecimiento del cuerpo, especialmente de la piel, así como otros órganos y funciones internas.
¿Cómo envejece el calor extremo?
Aunque el cuerpo puede adaptarse parcialmente al calor, esta adaptación no elimina los efectos negativos asociados con la exposición prolongada a altas temperaturas. Es fundamental implementar estrategias de mitigación, como mejorar la infraestructura urbana para reducir las islas de calor y garantizar el acceso a sistemas de refrigeración adecuados, especialmente para las poblaciones más vulnerables. He aquí unas claves de cómo puede afectar el calor extremo al organismo:
- Daño celular (Estrés oxidativo): El calor extremo genera estrés oxidativo, que es un proceso donde los radicales libres (moléculas inestables) dañan las células, las proteínas y el ADN. Con el tiempo, esto acelera el envejecimiento celular.
- Deshidratación crónica: La exposición prolongada al calor puede deshidratar el cuerpo, y la deshidratación afecta la elasticidad de la piel, volviéndola más flácida y propensa a arrugas.
- Inflamación crónica: El calor extremo dispara la producción de ciertas proteínas inflamatorias (citoquinas). La inflamación prolongada se ha relacionado con el envejecimiento prematuro en todo el cuerpo, no solo en la piel.
- Daño al colágeno y elastina: La radiación UV y el calor rompen las fibras de colágeno y elastina, que son las encargadas de mantener la piel firme. Esto causa arrugas, flacidez y manchas.
- Estrés térmico en órganos internos: El corazón, el cerebro y los riñones también pueden sufrir daños con el tiempo debido al estrés por calor, lo que acelera su deterioro.
- Interrupción del sueño: El calor extremo afecta la calidad del sueño, lo que impide que el cuerpo se recupere correctamente y acelera el envejecimiento celular.
¿Por qué sucede esto?
Nuestro cuerpo funciona mejor a temperaturas entre 36°C y 37°C. Cuando se expone a calor extremo, el cuerpo trabaja extra para enfriarse (sudando y aumentando la circulación). Esto genera más radicales libres, inflamación y estrés oxidativo, los principales enemigos de la juventud.
Estudios realizados en Alemania y Taiwán mostraron correlaciones entre la exposición al calor extremo y un envejecimiento acelerado. Sugerían que el calor no solo incrementa el riesgo de enfermedades crónicas y mortalidad, sino que también contribuye al envejecimiento molecular, situándose junto a factores como el tabaquismo y la contaminación en su impacto negativo sobre la salud.
El problema radica en que, aunque se pueden prevenir los riesgos, no se pueden revertir. La hidratación, una dieta antioxidante, y el uso de protector solar pueden ayudar a mitigar algunos daños, pero la prevención es lo más importante. El calor extremo sí envejece tanto por dentro como por fuera. No es solo una molestia momentánea, sino que genera daños microscópicos que se acumulan con el tiempo.
Qué podemos hacer
Las prácticas de prevención son sencillas y hay que respetarlas para poder evitar los efectos nocivos del calor extremo. He aquí unos consejos básicos:
- Usar bloqueador solar todos los días (incluso si está nublado).
- Beber mucha agua.
- Evitar la exposición directa al sol entre las 11 a.m. y las 4 p.m.
- Comer alimentos antioxidantes (frutas, verduras, té verde).
- Usar ropa ligera y sombreros.
Alimentos que protegen la piel del calor
La dieta puede ser uno de nuestros grandes aliados para combatir la influencia nociva de los elementos externos. Comer alimentos que protejan la piel es importante porque ayudan a mantener nuestra salud, previene el envejecimiento prematuro y reduce el daño causado por el sol, la contaminación y el calor extremo. He aquí una guía de los alimentos más recomendables según la Organización Mundial de la Salud (OMS):
1. Alimentos ricos en antioxidantes (Protección celular)
Los antioxidantes neutralizan los radicales libres generados por el calor y los rayos UV.
Frutas rojas (arándanos, fresas, frambuesas, moras)
Tomate (rico en licopeno, un protector natural contra el sol)
Té verde (contiene catequinas, que reducen el daño solar)
Cacao puro (mejora la circulación en la piel y la hidrata)
2. Alimentos ricos en ácidos grasos saludables (Refuerzan la barrera cutánea)
Las grasas saludables mantienen la piel hidratada y resistente.
Aguacate (rico en vitamina E y grasas buenas)
Salmón, atún y sardinas fuente de omega-3, que reduce la inflamación)
Nueces, almendras y semillas de chía/linaza (refuerzan la barrera de la piel)
3. Alimentos hidratantes (Previenen la deshidratación y la piel seca)
Pepino (alto contenido de agua y sílice, bueno para la piel)
Sandía y melón (hidratan y contienen licopeno)
Apio (rico en electrolitos naturales)
4. Alimentos ricos en colágeno y vitamina C (Regeneración de la piel)
✔ Kiwi, naranja, limón y guayaba (fuentes de vitamina C, esencial para el colágeno)
✔ Caldo de huesos o colágeno hidrolizado (regenera la piel desde adentro)
Suplementos y productos que protegen la piel del calor
El uso de suplementos y productos para proteger la piel del calor es muy recomendable. En este sentido, el calor extremo, la exposición al sol y la deshidratación pueden causar daños celulares, envejecimiento prematuro y problemas cutáneos irreversibles. Aunque una dieta equilibrada es fundamental, a veces no es suficiente para proporcionar todos los nutrientes en las cantidades adecuadas. Entre las mejores opciones de suplementos tenemos los siguientes:
1: Colágeno hidrolizado: Fortalece la piel y evita la flacidez.
2: Ácido hialurónico: Mantiene la piel hidratada y elástica.
3: Astaxantina: Antioxidante poderoso que protege del daño solar.
4: Vitamina E: Protege contra el envejecimiento por el calor.
5: Zinc: Favorece la regeneración celular y protege del daño solar.
6: Betacarotenos (zanahorias, calabaza, espinaca): Mejoran la tolerancia al sol.
7: Polypodium leucotomos (extracto de helecho): Protege la piel del daño solar desde el interior.
8: Bloqueador solar mineral (con óxido de zinc o dióxido de titanio)
9: Agua termal en spray (para refrescar y calmar la piel)
10: Serum con vitamina C (para reparar el daño solar)
11: Aloe vera puro (para hidratar y calmar después de la exposición al sol.
En resumen, la evidencia científica indica que la exposición al calor extremo puede acelerar el proceso de envejecimiento biológico, subrayando la necesidad de abordar este desafío en el contexto del cambio climático y la salud pública. Sin caer en alarmismos, podemos contrarrestar estos efectos con eficacia si seguimos estas indicaciones.
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