Desde que se comenzó a industrializar la sacarina como sustituto del azúcar refinado, ha habido muchos interrogantes sobre su uso. Vendido como un dulcificante más «sano» que el azúcar industrial, los primeros estudios indicaron que en realidad podría ser hasta contraproducente. Sin embargo, la Unión Europea certificó la semana pasada que su uso es totalmente seguro y que no debería cuestionarse su ideonidad. Desde la Farmacia Soler Miret queremos indagar el fondo de la cuestión.
Todo empezó cuando, después de décadas en duda, las instituciones médicas empezaron a recomendar la no toma del producto y todo venía de la experimentación con animales. El estudio de 1970 que cuestionó la seguridad de la sacarina fue un experimento en ratas que vinculó su consumo con la aparición de cáncer de vejiga. Sin embargo, las conclusiones de este estudio llevaron a debates y posteriores investigaciones, que aclararon los hallazgos. Aquí está un resumen de lo que ocurrió:
El estudio inicial de la sacarina
- Diseño del estudio:
- Se administraron altas dosis de sacarina a ratas de laboratorio, equivalentes a cantidades mucho mayores de las que un ser humano podría consumir.
- Estas ratas desarrollaron tumores en la vejiga, lo que llevó a la hipótesis de que la sacarina podría ser carcinógena.
- Reacción inmediata:
- En respuesta al estudio, en 1977, la FDA consideró prohibir la sacarina en Estados Unidos. Sin embargo, debido a su popularidad como edulcorante sin calorías, especialmente entre personas con diabetes, el Congreso permitió su venta con una advertencia en las etiquetas que indicaba que podía ser un riesgo potencial de cáncer.
Investigaciones posteriores
A lo largo de los años, se realizaron estudios adicionales para investigar si estos hallazgos eran relevantes para los humanos. Las conclusiones fueron las siguientes:
- Diferencias biológicas entre ratas y humanos:
- Los tumores observados en las ratas estaban relacionados con un mecanismo biológico específico que no ocurre en los humanos. En las ratas, la sacarina interactuaba con ciertas proteínas en la vejiga para formar microcristales que causaban irritación crónica, lo que desencadenaba el cáncer. Este proceso no tiene lugar en los seres humanos.
- Nuevas evaluaciones de seguridad:
- Estudios en humanos y otras especies no mostraron evidencia de que la sacarina aumente el riesgo de cáncer.
- La Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Programa Nacional de Toxicología (NTP) en EE. UU. revisaron los datos y concluyeron que la sacarina no es carcinógena.
Resultado final
En el año 2000, la sacarina fue eliminada de la lista de sustancias consideradas cancerígenas por el NTP, y la advertencia en las etiquetas dejó de ser obligatoria en los Estados Unidos. Actualmente, se considera un edulcorante seguro para el consumo humano, siempre dentro de los límites recomendados.
Lección aprendida
El caso de la sacarina es un ejemplo importante en toxicología alimentaria, ya que demuestra cómo las investigaciones iniciales en animales pueden no ser directamente aplicables a los humanos. Esto subraya la importancia de realizar evaluaciones rigurosas antes de sacar conclusiones sobre la seguridad de un compuesto.
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